viernes, 27 de abril de 2018

FALLA CARDÍACA


Aunque la definición tradicional de falla cardíaca como el estado en el cual el corazón es incapaz de bombear la cantidad de sangre necesaria para suplir las necesidades del organismo sigue siendo válida, la diversidad de causas, síntomas y signos, y la variedad de mecanismos involucrados en su aparición y evolución hacen necesario que en la actualidad deba ser considerada de una manera más amplia y más compleja.


En presencia de disfunción ventricular, el corazón trata de mantener su función recurriendo a tres mecanismos básicos: aumento en la precarga (ley de Frank-Starling), hipertrofia ventricular y activación neurohumoral. En las etapas iniciales de la falla cardíaca, la función cardíaca puede ser normal en reposo pero no aumenta adecuadamente con el ejercicio; en estadios avanzados se vuelve anormal también en reposo. En general se acepta que la falla cardíaca se inicia a partir de un evento índice que produce una disminución en la capacidad de bomba del corazón, el cual puede ser obvio y abrupto como después de un infarto de miocardio en el cual hay pérdida de una cantidad importante de masa muscular miocárdica, o más sutil como en el caso de una mutación genética que lleva a la aparición de una cardiomiopatía, o lento como en el daño valvular o la sobrecarga producida por la hipertensión arterial que tardan años en producir la disfunción ventricular.



Remodelamiento ventricular 

Crucial en el continuo de la falla cardíaca es el fenómeno de remodelamiento ventricular, término por el que se entiende “la expresión genómica que resulta en cambios moleculares, celulares e intersticiales que se manifiestan clínicamente como cambios en el tamaño, la forma y la función del corazón luego de una injuria”7 . Aunque el miocito es la principal célula involucrada en el proceso, también se ven comprometidos el intersticio, los fibroblastos, el colágeno y la vasculatura coronaria. La respuesta a la injuria miocárdica en forma de remodelamiento ventricular es similar independientemente de la causa, y se relaciona directamente con el deterioro de la función ventricular y una mayor morbimortalidad8, 9. El remodelamiento puede presentarse luego de infarto de miocardio, sobrecarga de presión (estenosis aórtica, hipertensión arterial) o de volumen (regurgitación valvular), enfermedad miocárdica inflamatoria (miocarditis) o cardiomiopatía dilatada idiopática.


  • Disfunción endotelial en falla cardíaca 

Los vasos periféricos de los pacientes presentan alteraciones estructurales y funcionales que modifican la forma como se comportan ante un estímulo. Los cambios estructurales pueden estar determinados por la acción local de hormonas mitógenas como ET y angiotensina-II. La evaluación de los pacientes con falla cardíaca muestra que hay una respuesta vasodilatadora disminuida a la acetilcolina (la cual actúa a través del endotelio –óxido nítrico), mas no a vasodilatadores directos, lo cual es indicativo de alteración en la función endotelial89. Debido a ello y a la acción de los vasoconstrictores neurohumorales, la vasculatura periférica de los pacientes con falla cardíaca presenta vasoconstricción sistémica. La liberación basal de óxido nítrico puede estar aumentada en los pacientes con falla cardíaca severa, lo cual se confirma con el hallazgo de disminución en el flujo sanguíneo luego de la administración de L-NMMA (NG-monomethyl-L-arginina, un inhibidor de la síntesis de óxido nítrico), aunque en pacientes compensados o con poca actividad de citoquinas puede ser normal. La falla cardíaca en sí parece ser la responsable de la disfunción endotelial, independientemente de la causa de la misma.

En los enfermos, el flujo sanguíneo periférico en reposo se encuentra disminuido de manera proporcional a la reducción en el gasto cardíaco. La función endotelial anormal puede estar relacionada con alteraciones en la relajación dependiente del endotelio, tal vez por disminución en la expresión genética y la acción de la sintasa del óxido nítrico (eNOS). Otros mecanismos que podrían ser responsables de la disfunción endotelial presente en la falla cardíaca son la activación del SRAA y la inactivación del óxido nítrico por aniones superóxido. El trasplante cardíaco se asocia con una mejoría significativa en la respuesta a la metacolina del flujo en el antebrazo, indicando la reversibilidad del fenómeno. La disfunción endotelial desempeña un papel importante en la redistribución del flujo sanguíneo durante el ejercicio y afecta de manera adversa la capacidad de ejercicio.
La disfunción endotelial en la falla cardíaca puede mejorarse mediante la administración de vitamina C. La administración de L-arginina (precursor del óxido nítrico) puede mejorar la función endotelial y producir un moderado incremento en la capacidad de ejercicio en algunos pacientes con falla cardíaca. Las alteraciones vasculares periféricas no mejoran inmediatamente con el aumento de flujo inducido por el tratamiento, sino que pueden tardar varios meses en hacerlo. 
Adicionalmente a las alteraciones endoteliales se encuentran anormalidades intrínsecas del músculo esquelético, con disminución en la capacidad oxidativa de las mitocondrias. Los músculos presentan disminución en la captación de oxígeno y en las enzimas comprometidas en el metabolismo aeróbico. Estas alteraciones del músculo esquelético mejoran con el entrenamiento físico, con el cual aumenta la extracción de oxígeno. 


  • Alteraciones en la función celular en la falla cardíaca 
Estudios de los mecanismos celulares en modelos animales de falla cardíaca demuestran alteraciones en el manejo citosólico del calcio, la cual se correlaciona con anormalidades en el acortamiento de los sarcómeros y los miocitos. Estas alteraciones en el manejo intracelular del calcio están presentes, aunque de forma diferente, tanto en la disfunción sistólica como en la diastólica. Además, y de manera importante, se presenta un disbalance entre la producción y la utilización de la energía (mayor demanda de energía por las miofibrillas con menor número de mitocondrias), con menor cantidad de ATP disponible.

Los niveles de mioglobina miocárdica disminuyen de manera importante en la falla cardíaca, lo cual merma la entrega de oxígeno intracelular. Sin embargo, el miocardio en falla no presenta depleción mayor de los depósitos de energía, pero la transferencia de energía intracelular puede ser deficiente. Con la progresión de la enfermedad, se observan aumento en el consumo de oxígeno, disminución en la eficiencia energética y desorganización estructural y funcional de las mitocondrias. La disminución en la función bioenergética del corazón se debe en gran parte a alteraciones en el sistema de creatin kinasa, con disminución en la actividad catalítica total de esta. Además de la creatin kinasa, en la falla cardíaca se presenta disminución en la actividad de la adenilato kinasa, y de enzimas glicolíticas y la anhidrasa carbónica. El déficit acumulativo de estas podría propiciar una alteración en la contracción-relajación por insuficiencia bioenergética. 



  • Progresión de la falla cardíaca 
Una vez aparece la falla cardíaca, avanza hasta la muerte del paciente, la cual puede ocurrir por deterioro hemodinámico progresivo o de manera súbita. Indudablemente, en la progresión de la enfermedad desempeñan un papel preponderante los factores que hemos descrito hasta el momento, mecánicos, neurohumorales y citoquinas. La vasoconstricción, la inducción del crecimiento celular y la toxicidad directa sobre las células hacen que el daño sea cada vez mayor y finalmente irreversible. En los casos en los cuales está involucrada la hipertrofia en las etapas iniciales, durante la etapa de compensación, el proceso es reversible mediante intervención farmacológica específica, como con I-ECAs. Una vez se produce la descompensación del mecanismo de hipertrofia, el proceso se va volviendo progresivo e irreversible, hasta llegar a estadios terminales y la muerte.

La importancia de la activación neurohumoral en la aparición y progresión de la falla cardíaca está confirmada por el hecho de que los tratamientos orientados a contrarrestarla son los únicos que han logrado mejorar la sobrevida, además de tener algún efecto sobre los síntomas de los pacientes. La respuesta al bloqueo del SRAA y el sistema nervioso simpático han tenido un gran impacto en la evolución de la enfermedad,pero no todos los tratamientos basados en el modelo neurohormonal han sido efectivos. Los medicamentos que antagonizan el sistema de la ET han llevado a mejoría hemodinámica y en ocasiones sintomática, pero no han disminuido la mortalidad. Así mismo, el antagonismo de las citoquinas, en particular del FNT-D, tampoco ha mostrado resultados satisfactorios. Es probable que el momento en el cual se intervengan estos sistemas durante el continuo de la falla cardíaca sea crítico en lograr unos beneficios determinados. La intervención en etapas más tempranas, incluso cuando la actividad de los sistemas aun no es aparente, podría ser determinante para obtener un beneficio.

Referencias
Insuficiencia cardiaca
SEBASTIÁN VÉLEZ PELÁEZ, MD 


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